Un transporte especial

El 23 de Agosto pasado realicé un nuevo vuelo a Binefar. Iba a pasar el día nuevamente con Alberto y Frank en Algayón. Salí algo más tarde que la última vez, sobre las 10:30 y llegará a las 12:00 al aeródromo de Binefar con algo de viento cruzado  en la toma, sin más incidencias.

En casa de Alberto habían recogido un gatito, un pequeño que no presentaba muy buen aspecto. Pensando que dejándolo allí en el patio seguramente no sobreviviría mucho tiempo y además yo tenía que llevar a “Golfo” nuestro gato al veterinario al día siguiente, tomamos la decisión de traérnoslo a Barcelona. Ya le encontraríamos casa de adopción.

Así se cocinó el transporte “especial”. El padre de Alberto preparó una caja tapada con una mosquitera para que no pudiera salirse durante el viaje y yo realicé las gestiones pertinentes vía whatsapp y teléfono con la familia, para la acogida del nuevo miembro provisional.

Aerodromo Binefar
Preparación del transporte

Sobre las 18 horas nos dirigimos al aeródromo, nos llovió en el trayecto y las cortinas de agua eran visibles hacia el oeste del campo. Parecía estar movido, aunque hacia el este la previsión era de mayor tranquilidad. Despegamos cerca de las 19 horas. Con “Fly” a bordo, nombre que al final recibiría el gatito.

El vuelo inicialmente fue tranquilo, hacia el sur hasta bordear el CTR de Lleida y más tarde al este hasta Tárrega. Aquí las cosas se torcieron. Fuertes corrientes de aire exigieron concentrarse especialmente en mantener la altitud y una velocidad correcta. Me planteé aterrizar en Cervera o Igualada como alternativos. Pero la cosa se fue suavizando al llegar a Cervera y decidí tomar rumbo a Avinyonet.

Sobre el Vallés había tormentas y se veían los relámpagos, pero al menos no parecía que fuera a encontrármelas en mi ruta. Aunque con algo de lluvia llegamos al Penedés, la visibilidad fue buena siempre en nuestra ruta.  Aterrizamos sobre las 20:00 h en la 12 tras una larga final.

Fly
Fly

Con “Fly” fuimos varias veces al veterinario, inicialmente ganó peso, y su aspecto mejoró notablemente. Pero una semana más tarde empeoró y  se deshidrataba rápidamente. Cruzó el arco iris el 3 de Septiembre. Ese vuelo no tendría nada de especial si no fuera porque volví con él y los días posteriores fueron de muchos cuidados y atenciones. Le cogimos cariño y le añoramos. Cuando pienso en volar no puedo evitar recordarlo. En su memoria, decidí escribir esta entrada.