Este 22 de diciembre con un tiempo esplendido. Un fuerte anticiclón ha decidido situarse en la zona. Por tanto los días son soleados y con poco viento. Salvo las nieblas y nubes bajas que podemos encontrar en algunos valles, las condiciones para volar son óptimas.
Con estas condiciones decidí salir, acompañado de Josep Servent. Nuestro destino sería La Cerdanya. La intención desayunar allí con otros compañeros del campo de vuelo que habían planificado la salida un par de días antes.
A las 8:30 estábamos en el campo y preparamos el avión. Realizados los chequeos previos al vuelo, repostamos hasta rebosar el depósito. Finalmente seriamos cuatro aviones los que iríamos hasta allí.
El vuelo
A las 9:30 despegamos de la 30 de Avinyonet. Abandonado el circuito de tráfico iniciamos un ascenso lento pero continuado hacia el norte. Bordeamos Montserrat por el oeste y proseguimos directos a Berga, donde finalizaríamos el ascenso siguiendo el pantano de la Baells para cruzar el cadi por el Coll de Pandís. En ese punto sintonizaríamos la frecuencia 123.150 Mhz del aeródromo, de uso para autoinformación.
Alcanzado el paso se sale directo hacia Bellver de Cerdanya. Población que rodeamos realizando un amplio giro de 270º hacia la izquierda para descender los 4000 pies necesarios para incorporarnos al circuito de tráfico del aeródromo.
El aeródromo de La Cerdanya realiza numerosas actividades deportivas. Dispone de una pista de 1150 metros de longitud y 23 metros de ancho. Todo un lujo para un ULM. El circuito de tráfico para aeronaves con motor se realiza por el sur. Ese día la pista en servicio la 25. Llegamos allí con numeroso tráfico en la zona, teniendo que alargar el circuito de viento en cola para poder incorporarnos como número 2 para final.
Una toma tranquila y sin viento poco antes de las 11 de la mañana.
Tras abonar los 5 euros de tasa a desayunar con uno de esos buenos bocadillos que allí sirven. Tras un rato de charla, de nuevo poco antes de las 12 iniciaríamos el vuelo de regreso.
La visibilidad era excelente. Nada más acceder al Coll de Pandís se ve claramente la silueta de Montserrat. Directos y en prolongado descenso. Con algo de viento en cola tardaríamos menos de una hora en llegar al Penedés.
Como era de esperar a las 13 h. tras pasar Montserrat, la “meteo” nos da la bienvenida a casa y el aterrizaje hay que hacerlo dos veces. A la primera no hay manera de bajar el avión en la final de la 30. El avión flota que parece una cometa.
Ha sido un gran día de vuelo.