Y llegó el Allegro

Como no podía ser de otro modo, con mi compañero de aventuras en el curso para la obtención de la licencia de piloto ULM, compramos una máquina voladora. Estaba claro que Eduardo estaba decidido a tener avión, aunque eso significara casarse, aeronáuticamente hablando, conmigo. Ya en Moia acabado el examen práctico, un veterano piloto, tras conocer nuestra trayectoria en paralelo desde los inicios del curso y nuestro interés en adquirir un ultraligero, nos auguró, «Estáis destinados a tener un avión entre los dos». No se equivocaba.

Pensábamos, creo que con acierto, que lo mejor era preguntar en los clubs, a quienes se movían en el mundillo. No por ello dejábamos de mirar en internet, aunque nos daba más garantías si era algún avión conocido. También barajamos adquirir uno nuevo y montarlo. Algunos pilotos nos ofrecieron acompañarlos en sus vuelos para conocer su modelo de avión antes, a los que estamos muy agradecidos por su ofrecimiento. La suerte nos debía ir de cara. Apareció la oportunidad de adquirir un excelente avión, un Allegro 2000, con muy pocas horas de motor y buen precio. Además teníamos buenas referencias del avión, llevaba años en el club.

cabina Allegro 2000
Cabina del Allegro

Fue en Septiembre cuando pudimos finalmente probarlo. Unas veces por la meteorología, otras por disponibilidad, con el mes de Agosto por medio se fue atrasando. Nos gustó más en el aire que en tierra, así que al notario y a arreglar papeles.

prueba_motor Allegro
Probando motor tras ajustes.
Ya tenemos Allegro. Y ahora que ?

Tocaba hacer la adaptación al avión adquirido, arreglamos con los instructores unas horas de vuelo, seguiríamos la formación pero ya en nuestro ultraligero. Así estuvimos hasta finales de año. Ya eres piloto, tienes avión, pero tienes que esperar OTRA SUELTA !!!.  Y eso pasa con cualquier nuevo tipo de avión a volar, salvo que tengas ya más horas en vuelo que en tierra desde que naciste. Las cosas ya no eran como me las habían contado !!! , o como yo las imaginaba, que también puede ser.

Pero he aquí que ahora ya volamos con nuestro avión, normalmente solos. Hasta hoy únicamente en dos ocasiones he podido coincidir con Eduardo para volar juntos, uno como piloto y el otro como copiloto. Pero eso lo contaremos otro día…