El día de la suelta

 Como muchos otros días desde el verano anterior que decidí matricularme para obtener la licencia de ULM, no tenía ni idea de lo que especial que sería ese día, me dirigí al campo de vuelo en Hostalric para un nuevo vuelo de instrucción. La clase fue como las demás, despegue, una toma, un ocho sobre la vertical del campo, otra toma… Cuando nos dirigíamos al parking, aún rodando en pista, Jeroni me dice – » Ahora yo me bajaré y tú te darás una vuelta solo». Había llegado la temida suelta.

– No – fue mi primera respuesta – ni hablar.

– ¿ Como que no ?, estás preparado.

– Me voy a matar. – No podía ni imaginar volar sin mi instructor, mi seguro a todo riesgo.

– Estas preparado, no he cogido los mandos en ningún momento, no pares el motor. Hoy es el día.

-Me va a dar un infarto, le dije – el corazón me latía a mil pulsaciones.

– Que no te dé! Yo estaré en la radio. – Contesto recogiendo su mochila.

Pensé, bueno si él lo tiene tan claro y este momento tenía que llegar. Siempre lo esperaba con ilusión pero con temor. ¿ Sería capaz de hacerlo solo ?. Así que viendo como mi instructor se alejaba cerré la cabina y revisé los parámetros. Todo estaba bien.

preparando el vuelo de la suelta
Preparando el vuelo

– Hostalric para comprobación de radio.- Jeroni por la radio.

– Echo-Charlie-Delta-Victor-Ocho. Le recibo 5, Hostalrich.

Nueva revisión, quito freno y posiciono el avión para tener visibilidad antes de entrar en pista. Los nervios han desaparecido por completo, como por arte de magia, solo pienso en los procedimientos.

– Hostalrich, Echo-Charlie-Delta-Victor-Ocho, entrando en pista para backtrack a punto de espera pista Uno-Tres Hostalrich .

Espero unos segundos miro las dos zonas de aproximación por si hay tráficos a la vista, no hay nadie, así que algo de motor y rodaje a punto de espera. Mientras ruedo por la pista recuerdo las instrucciones «Mas rápido que una persona andando, más lento que en bicicleta», llego al punto de espera y hacemos checklist, prueba magnetos, motor, flaps, trim, altimetro, luces. Durante un momento me llegan imagenes desde la memoria como una secuencia rápida, el aeromodelismo desde joven, las horas con el simulador, pienso «Has estado toda la vida preparándote para esto, ha llegado el momento». Estoy muy tranquilo, me sorprende.

– Hostalric, Echo-Charlie-Delta-Victor-Ocho, entrando y alineando pista Uno-Tres.

Entro y alineo, unos segundos frenado, reviso rápidamente el panel del avión, no quiero haber olvidado algo importante. Doy motor, el avión empieza a moverse.

-Hostalric, Echo-Charlie-Delta-Victor-Ocho en carrera, Hostalric

Va más ligero, se nota, y rápidamente alcanza los 80 KMh ya no toca el suelo, no tiro de palanca que coja velocidad, cuando se aleja el terreno a mis pies – «Ya está, ahora no hay más remedio que acabar esto» pensé.

Video del despegue.

Ascenso bien. muy rápido, ajustamos crucero, Ojo!!! hay que ajustar un poco el trim, las revoluciones, se nota que lleva menos peso y parece que le sobra potencia. Lo llevo a 1100 pies, todo va bien. Miro Hostalrich mientras giro a viento cola izquierda de la Uno Tres, pensando lo bonito que es volar. Miro a mi derecha y el asiento está vacío, me cuesta hacerme a la idea, pero es una sensación única.

– Hostalric, Echo-Charlie-Delta-Victor-Ocho- en viento cola izquierda de la Uno-Tres

Toca configurar el avión para la toma, se va un poco arriba, el avión tiende más a subir que a bajar.

– Hostalric, Echo-Charlie-Delta-Victor-Ocho, Virando a base pista UNo-Tres Hostalric

Motor a ralentí a ver si pierdo esos pies extras, pero llego alto, no vale la pena que el infarto se lo lleve Jeroni si hago un resbale en mi suelta, así que… motor y al aire.

Tras otro tráfico con el avión más ajustado a las nuevas condiciones de vuelo, nuevamente en final. Esta vez la altura es correcta, 15º de flaps, una rápida secuencia de pensamientos en la mente, no vuelvas a ir alto, ajusta la senda pongo 40º de flaps, empujo la palanca, va todo como la seda, se mantiene en todo el descenso los 110. No aparto la vista de la copa de los árboles de cabecera, solo vistazos rápidos al anemómetro. He afinado mucho, no me lo puedo creer. Un poquito de motor al pasar sobre los árboles, no vaya a podarlos que no es época y hago la recogida. «Aguántalo, aguántalo» me parecía oír la voz de Jeroni. El avión se poso suave, una buena toma, me dirijo al parking.

Video del aterrizaje

 

Allí me esperaban todos, quieren verte la cara, esa expresión cuando te bajas del avión tras la suelta se da pocas veces.

Lo conseguí

Me bajé confiado, feliz, mucho más seguro de mi mismo que poco antes, con ganas de contárselo a mi pareja, a mi hermano, a los amigos,… Envié whatsapps, más tarde enviaría los vídeos y las fotos. Ha sido muy especial, como ha sido, es y será para todos los pilotos.

La suelta de Eduardo

Tras mi volaba Eduardo. Nos conocimos en su bautizo de vuelo, nos matriculamos los dos, estudiamos juntos la teoría y aprobamos el examen en Octubre. Hemos aprendido en paralelo, cuando vi que hacían varias tomas supe que también tendría la suelta ese día. Me quedé para disfrutar el momento.

Con Eduardo tras su suelta
Con Eduardo tras su suelta

Quiero agradecer a mi instructor la paciencia y el buen saber hacer con nosotros, nos ayuda a realizar un sueño, y a mi pareja Teresa, por su apoyo, quién me dio el empujoncito que necesitaba para dar el salto al vuelo real.